13 de agosto de 2024, El Achiotal, San Pedro Masahuat. Con mucho entusiasmo se llevó a cabo la treceava jornada de la Escuela de Horticultura, organizada por ORMUSA y financiada por el Fondo Centroamericano de Mujeres (FCAM). Este proyecto ha sido una fuente invaluable de conocimientos y habilidades para las mujeres, quienes han aprendido técnicas de cultivo, conservación de semillas y preparación de abonos orgánicos como el bocashi.
Ana Erika Gregorio, participante de la comunidad San José Luna, destacó la importancia de estas jornadas. «Las jornadas han sido de gran ayuda para las mujeres de esta zona. Nos han enseñado cómo preparar abonos orgánicos, cómo sembrar tomate, chile, y cómo preparar la tierra para mejorar nuestras cosechas. Además, hemos aprendido sobre la recolección y conservación de semillas, lo cual nos permitirá asegurar nuestras siembras para el próximo año», compartió.
Por su parte Mirna Yanira Cubillas, otra participante de San Pedro Masahuat, expresó su agradecimiento por la oportunidad de adquirir nuevos conocimientos. «Estas jornadas me han permitido aprender nuevas experiencias en horticultura. Ahora puedo emprender con mis propios cultivos y asegurar el bienestar de mi familia. El intercambio de semillas ha sido fundamental para mantener vivas nuestras tradiciones y garantizar la seguridad alimentaria de nuestras familias», afirmó.
Uno de los logros más significativos de este proyecto es el aprendizaje en la elaboración del abono bocashi, un insumo clave en la agricultura. Ana Erika mencionó que actualmente, el bocashi tiene un costo elevado que ronda, aproximadamente, los $10 por unidad, lo que representa un desafío para las familias agricultoras. Sin embargo, gracias a la formación recibida, las mujeres ahora pueden producir este abono de manera autónoma para uso propio. Además, esta nueva habilidad abre la posibilidad de que puedan emprender y generar ingresos adicionales para sus hogares mediante la venta de bocashi.
Durante esta jornada, las participantes también tuvieron la oportunidad de preparar y compartir atoles tradicionales, elaborados con semillas criollas que ellas mismas resguardan. Además de la degustación, las mujeres explicaron el proceso de preparación de estos atoles, con el objetivo de intercambiar saberes y fortalecer el conocimiento colectivo. Este intercambio no solo involucró semillas, sino también los valiosos conocimientos sobre la preparación de bebidas ancestrales con raíces indígenas y afros, utilizando ingredientes autóctonos como la canela y la pimienta gorda, lo que resalta la riqueza culinaria de la región y el legado de sus antepasadas.
Imelda Platero, facilitadora del taller, subrayó la importancia de rescatar las recetas y prácticas ancestrales. «Estas jornadas han sido muy provechosas. Las mujeres están capitalizando los conocimientos adquiridos y los están aplicando en sus vidas diarias. Es fundamental rescatar esas recetas y semillas ancestrales para mantener vivas nuestras tradiciones y conservar nuestros recursos naturales», explicó.
Katia Panameño, técnica de ORMUSA, resaltó que la segunda fase de la Escuela de Horticultura, donde han participado 25 mujeres, se ha centrado en la creación de un banco de semillas criollas y orgánicas, además del intercambio de semillas entre las participantes. «Las mujeres han demostrado ser guardianas de la tierra y de las semillas. Este intercambio interno ha sido enriquecedor, y estamos trabajando para expandirlo a más mujeres», señaló.
Panameño señala que, en las próximas jornadas, las participantes seguirán trabajando en los huertos de sus patios, donde actualmente cultivan rábanos a partir de semillas que ellas mismas han resguardado. «Algunas de estas plantas ya muestran un crecimiento avanzado, y en los próximos días se espera sacar la primera producción de rábanos. Además, se reforzará la preparación de un intercambio de semillas que involucrará a más mujeres. En esta ocasión, se espera la participación de 50 mujeres, y además de semillas, se intercambiarán plantas, árboles y productos como hortalizas y frutas, todos cultivados en las tierras locales. Este intercambio se proyecta realizar con mujeres de la comunidad Hoja de Sal, en Santiago Nonualco, quienes también son productoras comprometidas con estos procesos», destacó.
El proyecto de la Escuela de Horticultura tiene previsto completar 20 jornadas, culminando el 20 de septiembre con un cierre simbólico en el que se reconocerán los logros y el crecimiento de las mujeres participantes.
Con esta iniciativa, ORMUSA continúa su labor de empoderamiento de las mujeres rurales, promoviendo prácticas agrícolas sostenibles y la preservación de los saberes ancestrales, contribuyendo así al bienestar y desarrollo de sus comunidades.