San Salvador, 11 de octubre de 2023. El contexto sociopolítico regional actual, con una creciente represión del espacio cívico por parte de los Estados y grupos conservadores, sobre todo, a organizaciones defensoras de derechos humanos, hacen que el derecho a una vida libre de violencia sea inalcanzable, principalmente, porque no existen mayores avances en el ejercicio de entornos protectores donde se ubique al centro las necesidades de niñas y adolescentes, fundamentalmente quienes son sobrevivientes a continuum de violencia sexual y maternidades forzadas.
A más de una década de que la ONU proclamó el 11 de octubre como el Día Internacional de la Niña con el objetivo de promover el empoderamiento y cumplimiento de los derechos de las niñas, y a pesar de que los Estados Partes de la Convención de Derechos del Niño tienen la obligación de proteger a las niñas de todas las formas de malos tratos perpetradas por padres, madres o cualquiera otra persona responsable de su cuidado o extrañas, así como también establecer medidas preventivas y de tratamiento al respecto, los sistemas de protección de las infancias y adolescencias en su diversidad son limitados o no han cumplido con su mandato.
Es por ello fundamental favorecer entornos protectores comunitarios con la participación de organizaciones de la sociedad civil, principalmente en el acceso a información pública, propiciar la participación social en el acceso a la información sobre la prestación de servicios y que las niñas y adolescentes los conozcan y puedan demandar esos derechos.
El enfoque debe centrarse en mejorar el nivel de vida para su desarrollo con acciones cotidianas como la promoción de la educación sexual integral, la empatía ante casos cercanos de violencia sexual, abuso sexual, feminicidios, suicidios, amenazas que afectan la integridad personal de niñas y adolescentes, la promoción de una cultura de denuncia, prácticas de crianza positivas que involucren a los hombres en las tareas de cuidado para asumir corresponsabilidad en los cuidados, entre otras.
Las formas de vulneración contra las niñas y adolescentes son diversas y complejas, principalmente la violencia sexual cada vez a edades más tempranas y se suma a múltiples vulnerabilidades; por ello es trascendental articular esfuerzos y sumar acciones para que logremos hacer de América Latina y el Caribe una región en donde las niñas y adolescentes puedan vivir libres de violencia.
Las mujeres y las niñas deben tener un rol importante en los Estados democráticos que garanticen el bienestar social y el desarrollo de su ciudadanía plena. Poner en el centro a las mujeres y niñas es asumir un compromiso con la igualdad y equidad de género, es invertir para que las mujeres y niñas tengan voz en los espacios de toma de decisiones, es generar espacios de diálogos para construir políticas públicas con enfoques interseccionales, que brinden la posibilidad de garantizar sus derechos y construir sociedades más justas, inclusivas y sostenibles.
Para acceder al Informe de Save the Children en el siguiente enlace: The Global Girlhood Report 2023: Las niñas en el centro de la tormenta – Su planeta, su futuro, sus soluciones